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Club Salandar, rutas montaña y btt

Fructífero fin de semana por Picos de Europa

Fructífero fin de semana por Picos de Europa

Club Salandar, sección montaña

Fructífero fin de semana por Picos de Europa

¡5 picos, 5 (más la ruta del canal)!

Si me lo dicen antes de ir, no me lo creo.

Amigos de la sección montaña teníamos previsto ir a dar una vuelta durante los días 13-14-15 y 16 de septiembre de este 2007 por nuestros tan queridos, y ligeramente lejanos, Picos de Europa. Los planes eran (al final salieron mejor de lo previsto… sigue leyendo…):

- Escalada al emblemático pico Urriellu (2.519 m) por la vía Pidal.
- Ascensión a Peña Vieja (2.619 metros) y Tesorero (2.571 metros).
- Canal del Urdón (o canal de Reñinuevo).

Al final nos hemos juntado un total de 11 amigotes: Miguel Manjón, Julián “mi Juli”, Carlos Elías, Agustín, Manolillo, Sebas, Carlos, José Antonio, Eduardo “Dudu”, Sánchez y el que suscribe (Ángel “Lillo”). Por circunstancias de la vida no pudieron acompañarnos las respectivas y otros amigos habituales en estas movidas de los que, todo hay que decirlo, nos acordamos bastante en distintos momentos de la actividad: Cristina, Don Emilio, Gabi, David “Pini”, Javi 4000, Juli “el rumano”,…

Todo el fin de semana ha sido un auténtico lujo. Nos ha acompañado el tiempo y hemos podido compartir todo tipo de experiencias con este grupo de amigos; algo que no se paga con dinero.

Por un lado, Dudu y Jose estaban en la zona del Urriellu, dándole caña a La Pidal y al Torrecerredo (2.648 metros). Estaba previsto que nos juntáramos el sábado en Bejes.

Por el otro, el resto de compañeros, en la zona de Fuente Dé.

El grueso del pelotón, como se dice en el argot ciclista, estuvimos cenando y vivaqueando en Fuente Dé, junto a la fuente de la estación inferior del teleférico. Cenita, café en el Parador (¡qué sibaritas, je, je,…!), charla y al sobre. ¡Una noche preciosa!

Al día siguiente prontito arriba. Parece mentira la cantidad de gente que circula por ese lugar… ¡Vaya negocio! Subimos en el teleférico (con sus nuevas cabinas; las gracias habituales… que si el conductor loco,…). La canal de la Jenduda queda para otro día, ¡esa canal hay que subirla!

Vimos que la estación superior de El Cable ha sufrido una transformación bárbara y la han preparado, más si cabe, para los turistas, ¡la pela es la pela! Por cierto, el “chalecito” en el que otras veces hemos dormido sigue más o menos igual (estaba limpio, aunque con mucha humedad).

Deportivamente hablando, el fin de semana salió redondo. Además de que pudimos disfrutar de un día soleado, de la compañía de nuestros amigos y otros muchos montañeros (era fiesta en Cantabria).

Pudimos hacer cumbre en Peña Vieja (uno de nuestros objetivos), con bastante gente por el camino y con el peligro de caída de piedras en la última zona de subida. La ruta es sencilla, encaminándonos desde la estación superior de El Cable hacia la Vueltona y encarando las dos afiladas agujas, la de la Canalona y la de Bustamante, que anteceden a la Peña Vieja, pico que con sus 2.619 metros es la mayor elevación de este conjunto de montañas y de toda Cantabria.

Y, además, a la bajada y aprovechando que estábamos por allí, atacamos a uno de los Picos de Santa Ana (uno con 2.601 y el otro, al que subimos, con 2.596 metros). Un pico fácil de subir y cuya cumbre es bastante aérea, ¡muy bonito! Nos gustó mucho. Este pico no estaba en los planes, pero… Suma y sigue…

Después comimos en la zona del collado de los Horcados Rojos, con esas preciosas vistas de Picos, el Urriellu, los jous,… ¡Un auténtico privilegio! Y después de comer, ascensión al Pico Tesorero. Ese estilizado y piramidal pico, bello y peculiar punto que se ve desde muchos lugares de Picos y en el que confluyen las tres comunidades que comparten el territorio de Picos de Europa: Asturias, Cantabria y Castilla y León. La subida no es muy evidente, o más bien decir clara, porque parece que hay mil y un caminos… La última zona está bastante rota, con mucha piedra suelta y en la que te encuentras con varios pasos divertidos en los que hay que trepar o poner las manos para buscar apoyo; son unos pasos que hacen la ascensión más entretenida (de todas las maneras nos resultó un pico fácil, accesible; no es el Torrecerredo o la Peña Santa, que ya son otra historia…) ¡Una gozada! En la cumbre nos encontramos con un grupo de Bribiesca, Burgos. La vista desde ahí arriba es inmejorable, espectacular, pues ofrece un paisaje amplio con vista a casi todos los puntos relevantes de este macizo. Allí estuvimos jugando a “descubrir” qué pico era uno y cuál era otro, recordamos nuestra subida al Llambrión, soñamos con futuras rutas por aquí y por allá,… Un momento disfrutón…

Con el grupo también hicimos la casi obligada visita al refugio de Cabaña Verónica, 2.325 metros, el más singular de cuantos se encuentran en Picos (su estructura es la cúpula metálica de las baterías antiaéreas de un barco portaaviones; tiene una historia curiosa). Por cierto, nos dijeron que en breve lo iban a desmontar porque el guarda, Mariano, ya no iba a estar en él… y supongo que nadie querrá quedarse ahí arriba…

Regresamos a la estación superior del teleférico, bajamos a los coches y nos desplazamos hasta Bejes… ¡Tenemos una cita!

Por el otro lado, nuestros amigos estaban enfrascados con su escalada al Naranjo de Bulnes o Picu Urriellu, 2.519 metros, por la cara norte (Vía Pidal-Cainejo).

Fue el día 14. Dos grandes y buenos amigos, pertenecientes a la sección montaña del Club Salandar, un villarinense, José Antonio Martín Conde y un peñarandino, Eduardo de la Torre Hernández (Dudu), después acometer la noche anterior una rápida subida desde Pandébano hasta el refugio y después de meterse entre pecho y espalda 6 platos de cena (¡cada uno!), escalaron a la cima del Naranjo de bulnes o Picu Urriellu por su cara norte, siguiendo la vía conocida como La Pidal-Cainejo. Como Dice Dudu, rememorando y asombrándose de lo que estos dos personajes hicieron y lograron allá por el año 1904 en la que fue la primera ascensión a la cima de este impresionante y emblemático pico de los Picos de Europa. Y más aún al leer que estos dos valientes hombres lo hicieron tan sólo con la ayuda de una cuerda de cáñamo, ¡y descalzos! Parece ser que fue por iniciativa de Don Pedro Pidal (marqués de Villaviciosa) que le pide a su amigo el pastor Gregorio Pérez, más conocido como El Cainejo (por ser natural de Caín), que le ayude a subir a esta montaña… Y el uno con unas alpargatas de cáñamo y el otro descalzo consiguen tan excepcional hazaña. ¡Vaya campeones!

Jose y Eduardo lo hacen en la modalidad de escalada clásica, ayudados por el material necesario para esta disciplina (cuerdas, friends, figureros, empotradores,…). Suben en 8 horas, empleándose a conciencia en la seguridad de la ascensión (en lugar de montar sólo las habituales 8 reuniones motaron 12 con sus respectivos 11 largos). Una vez en la cumbre y disfrutando del esfuerzo descienden por la cara sur (la más directa) montando tres rápeles que les condujeron hasta el suelo. Recogida de material y celebración de la consecución del objetivo y del sueño deseado. Como dice Dudu, lo celebran con un fuerte abrazo y el gozo y la alegría de haberlo logrado y salido ilesos de la aventura, además de asombrados por lo que aquellos “hombres” hicieron hace ya más de cien años.

Algunos datos: salida del refugio a las 08:00 de la mañana. Llegada a la base del Picu a las 08:45. Inicio de la escalada a las 9:00. Llegada a la cima a las 17:00, para iniciar el descenso a las 17:45 aproximadamente y llegar al suelo a las 19:15. Sobre las ocho de la tarde están de regreso en el refugio de Vega Urriellu.

Las palabras de José Antonio también son emocionantes y extraordinarias: Llevaba cerca de dos años con un sueño: subir al Picu Urriellu por la vía Pidal-Cainejo. En esos dos años muchas de mis actividades se encaminaban a lo mismo: ¡¡cumplir mi sueño!! Los cursos de formación técnica, las horas de "prácticas" en casa montando reuniones en el cabecero de la cama y "rescatando" dos botellas de agua que intentando subir las escaleras de casa habían sufrido un "accidente", los meses de carreras por el monte, los días de escaladas en el risco de Santibáñez, el millón de noches que antes de dormir he realizado la ascensión, las horas de "navegación" intentando encontrar algún dato nuevo que sumar a los miles que ya tenía, los días de ausencia que Susana en su infinita bondad y comprensión soportaba estoicamente y sin cuyo apoyo todo lo demás no serviría de nada,… En definitiva, la preparación necesaria para la culminación de un sueño. Por eso, después de regresar de pasar unos días en la montaña en compañía de unos hombres a quienes el menor calificativo que se les puede dar es el de ¡¡AMIGOS!!, y cuya compañía aporta al alma incluso más que la culminación de un sueño, deciros que cuando cumplí mi sueño, desperté para comprender que los sueños son importantes, pero más importante es tener a quien contarlos.

Al día siguiente, 15 de septiembre, aún con la mente en La Pidal, con el tacto de la roca en los dedos y la emoción palpitante, se dirigen a realizar otra actividad no tan exigente pero no por ello menos atractiva: ascenso y trepada (esto último de la trepada porque al final de la vía normal de ascensión se equivocan de itinerario y se encuentran con una trepada que afrontar de dificultad alta y en esta ocasión sin cuerdas ni material para ello; aún así la superan) al Torrecerredo (2648 metros). El Torrecerredo es el techo de los Urrieles y el punto más elevado en muchos cientos de kilómetros a la redonda. Desde arriba sus vistas son magníficas (los Urrielles, el macizo de las Peñas Santas,…). Consiguen hacer cumbre, en la que se encuentran con otros montañeros que asombrados por la zona por la que han ascendido les indican el lógico paso o itinerario de descenso para así evitar el peligroso descenso. Después de conseguida esta cumbre se dirigen a la portilla de Don Carlos para enlazar con el camino que les llevará de nuevo hasta el refugio a través del Jou Nevado y del Jou sin Terra.

Bajada por Pandébano y con el coche, ¡para Bejes!, ¡tenemos una cita!


En Bejes (Liébana, Cantabria) nos estaban esperando nuestros amigos Dudu y Jose… ¡Vaya recibimiento, vaya encuentro! El albergue (albergue La Aldea, 942733561, www.alberguelaaldea.com) estaba prácticamente lleno, aunque nosotros teníamos intención de vivaquear por los alrededores. Así fue. Preparación de nuestro palacete al aire libre, cenita, unas sidritas para celebrar,… y a disfrutar de la conversación, los chupitos, los amigos, la noche, las estrellas,…

Al día siguiente hicimos todos juntos una gran parte de la ruta del Canal del Urdón (o canal de Reñinuevo). Una ruta con varios atractivos, con bastantes sube-baja, abundante vegetación, que unas veces transcurre por el canal, otras por senderos con un patio curioso,… No es una ruta para todo el mundo, por sus pendientes, algunos pasos elevados, precipicios, túneles, el andar por el borde del canal,… Se nos hizo un poco larga, supongo que porque, después de lo leído, pensábamos que era más corta, nos habíamos hecho una idea un poco equivocada, y porque estábamos deseando llegar a La Hermida, donde nos esperaban las fabes, el queso,…

¡Un fin de semana estupendo, en todos los sentidos!

Esperamos poder repetir pronto.

¡Disfrutad!

Os dejo un montón de fotos en los siguientes enlaces:
Fotos de Agustín.

Fotos de Carlos Elías.

Fotos de Carlos Sanz.

Fotos de Dudu.

Fotos de José Antonio.

Fotos de Lillo.

Fotos de Miguel Manjón.

Fotos de Juli 1 y fotos de Juli 2 .

Fotos de Sánchez.

Fotos de Sebas.

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