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Gredos. Travesía invernal: plataforma de Hoyos-La Mira-plataforma de Nogal de Barranco

Gredos. Travesía invernal: plataforma de Hoyos-La Mira-plataforma de Nogal de Barranco  Con la llegada del frente frío y el blanco manto, ¡por fin!, casi a finales del mes de enero abandonamos los calores del pasado diciembre y este raro inicio de año (no es normal que en semanas pasadas hubiéramos tenido 18-22 º, ¡qué es invierno, coño!). Como consecuencia, gracias a la actividad organizada por el GUM Salamanca, ponemos el punto de mira en los destinos invernales que nos atraen mientras duran las nieves. En este caso, en Gredos, esa zona que, según dicen los geólogos entendidos, está constituida por materiales antiguos, fracturados en la época alpina que formó bloques fallados y desnivelados que se erosionaron. En las cumbres, en la era cuaternaria se produjeron varios glaciares y la gelifracción creó espectaculares galayares y cuchillares. ¡Qué movida!
La actividad: la integral invernal de Gredos, desde la plataforma de Hoyos del Espino hasta la de Nogal del Barranco, pasando por los Campanarios, La Mira (2343), el Refugio Victory y el impresionante Galayar.
El domingo empezó muy prontito ya que teníamos que estar en Salamanca a las 7 de la mañana. Carlos Elías y yo salíamos desde Peñaranda. En la zona del campus estaba el bus de Jacinto, lleno de caras conocidas (los guías Manolo y Adolfo, Juan A. M. Almaraz, Sánchez y Angélica, Cota, Bruno, Raquel, Luis, Luis,…)Las previsiones meteorológicas, después de todo el borrascón de la semana, eran buenas. El anticiclón entraba y los señores del tiempo habían vaticinado sol y frío. ¡Estupendo!Por delante se presentaba un largo viaje hasta Hoyos del Espino (1.440), donde desayunamos.De camino a la plataforma nos encontramos, en la zona del puesto de Cruz Roja, una situación inesperada: ¡la carretera nevada y helada! ¡Por Dios!, nunca  había visto esta carretera así, ¡¿dónde está el quitanieves?! Supongo que habría pasado el sábado. ¡Vaya movida! El caso es que para nosotros se presentaba un problema… Si ahí abajo estaba así, ¿cómo estaría más arriba? En fin, Jacinto, con su pericia y buen hacer, nos subió hasta la misma plataforma (1750), ¡qué tío!, ahí se ganó los cigarros que se fuma (¡Jacinto, hay que dejar de fumar, que es malo!).Por otro lado, Juan Albarrán había dormido en Arenas y él iba a subir desde la otra vertiente. En teoría él había salido antes que nosotros desde Nogal del Barranco (1100). Mientras nosotros desayunábamos él ya estaba andando y por teléfono nos dijo que en la vertiente sur relucía un sol espectacular. Él tenía por delante una ascensión de unos 1200 metros, en poco más de 6 kilómetros de recorrido, por una zona de pedreras casi verticales situadas al pie de las imponentes moles de Los Galayos, por donde después bajaríamos todos.Nosotros hasta la Mira teníamos algo más de recorrido, pero a cambio salvamos casi la mitad de desnivel. El paisaje también es distinto al de la zona sur, con una sucesión de perfiles romos, más o menos redondeados.
La primera sorpresa nada más llegar fue ver menos nieve de la esperada. Al menos yo, después de la gran borrasca que había afectado a gran parte del país, esperaba una capa más generosa de nieve. En fin. Y no sólo eso. Era de esa nieve que pisas y no se compacta; esa que si intentas hacer una bola para lanzársela a tu amigo no te sigue la corriente y por más que aprietas no logras formar la bola… pues esa nieve.
Y la segunda sorpresa es que el sol que se suponía iba a brillar, no aparecía. Ni aparecería en todo el día.Nos calzamos los crampones y para arriba, que se nos hace tarde.La ruta es larga y el día oscuro. Si miras las fotos, la verdad es que los cielos parecen indicar que se aproxima el fin del mundo.El inicio de la ruta, la zona de la calzada, estaba, como casi siempre, con una capita de hielo muy rica. La verdad es que se podía haber ido por el lateral pisando nieve, pero apetecía oír el “crac-crac” de los crampones.Nos acompañó durante toda la ruta un viento gélido muy racheado. Cuando soplaba, y las fotos también lo reflejan, levantaba la nieve y el intenso frío se sentía en la cara.Los crampones nos los quitamos a la media hora, más o menos, al menos nosotros. Esperaba que en los Campanarios nos encontráramos con hielo, pero éste era escaso y no fue necesario sacarlos de la mochila. Ya no los utilizamos más en toda la jornada.Íbamos cogiendo altura y a nuestras espaldas podíamos ver las míticas cimas y cuchillares que conforman el Circo de Gredos. ¡Qué grandiosidad!A partir de aquí, muy a nuestro pesar, vimos cómo la niebla se iba acercando.A lo lejos, como un guerrero masai en la vasta llanura africana, aparece una pequeña silueta aislada. ¡Albarrán! El hombre tuvo que estar esperando casi una hora hasta que nos encontramos. Una de dos, o él subió muy rápido o nosotros tardamos más de la cuenta. Je, je,… El caso es que la movida del acceso hasta la plataforma y la “calzada grupal de crampones” nos hizo perder bastante tiempo.En este momento, la niebla se apoderó de nosotros.Llegamos hasta la Mira envueltos en la espesa niebla y no pudimos disfrutar de las estupendas vistas que desde estas alturas normalmente tienes el privilegio de observar: esas panorámicas espléndidas donde destacan, especialmente, Los Galayos (la zona más alpina o con más sabor a alta montaña de todo el Sistema Central). Aquí me viene a la cabeza Joaquín Hernández, que hoy cumple años, ¡felicidades!Hasta aquí todo ha sido subida, subida y subida. En esta zona mi estómago me dice algo parecido a ¿cuándo comemos? Reagrupamos y, sin tiempo que perder, emprendemos la bajada hasta el refugio Victory. Una interesante bajada entre niebla, placas de hielo, nieve suelta, rocas que afloran,...Después de un ratito y varios resbalones llegamos al refugio. Parece que no falta nadie, y empiezan a salir de las mochilas barras de pan, embutido, caldos calentitos,… Cada cual se organiza su propio festín, en función de sus gustos y sus ganas de cargar en la mochila (aquí Albarrán se nos está aburguesando).Charlas grupales, comida rápida y arreando, que es gerundio.Hoy la visibilidad y la meteorología no nos permiten detenernos a contemplar y disfrutar con el espectáculo de alguna cabra montés y el de los escaladores sobre las grietas y extraplomos de estas puntas emblemáticas: la Aguja Negra, el Torreón, el Gran Galayo,... Esas agujas que antaño marras subiría el amigo Emilio con sus sogas, mosquetones de hierro y empotradores de madera, ¡qué tío!Emprendemos la bajada, un desafío sobre todo para tobillos y rodillas, como ocurre siempre en estas bajadas tan pinas y con tanto cascajar. ¿Y los dedos y las uñas qué?, je, je,…Nos encaminamos hacia la Apretura por ese zigzag que salva unos 300 metros de desnivel en un corto espacio de terreno, ¡qué movida! La bajada es dura y sufren las uñas, los tobillos, las rodillas… ¡Claro que subirla tampoco es una empresa sencilla!Entre tanta roca predominante en esta zona se cuela alguna pradera aislada, algún tremedal, algún pequeño nevero. La zona sur de Gredos es lo que tiene, je, je,…
Enseguida vamos dejando atrás ese pedregal casi infinito y llegamos al matorral que lo sustituye para, andando piano-piano llegar a la zona del pinar y por fin a la plataforma de Nogal del Barranco (1160) con la cabra característica.
Aún tendremos que bajar hasta el pueblo, Guisando (766), ya que Jacinto no ha podido subir aquí con el bus (una grúa y una obra se lo han impedido).Todo muy rico, Mary.Al llegar al bus recibo una llamada desde Alemania. ¡Jarl!, pude hablar con Josemi, Tato y Marisa, que me preguntan por Manolo que hoy corría su campeonato de España de Maratón de veteranos. Después llamé a Manolo y, ¡sorpresa!, ha quedado primero. Tenemos un campeón de España peñarandino en maratón de veteranos. ¡Qué alegría!

Y así se pasó el domingo.

Las fotos puedes verlas picando aquí.

Otro día más.

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